
Si nos fijamos, la maravilla de la criptografía cuántica (en teoría) es que un mensaje no se puede descifrar precisamente porque no puede ser leído con precisión (y sin que se enteren los interlocutores). Entonces, ¿por qué no apostar por una tecnología en la cual un mensaje no se puede descifrar simplemente porque no se conoce su existencia?
La respuesta en una primera aproximación es simple. Hasta no hace mucho tiempo, me atrevería a decir que incluso ahora, la esteganografía ha sido el patito feo que ha intentado ganarse un puesto al lado de la criptografía. Y que malvive actualmente en un mezcla casi infernal.
Su mayor problema, a la vez que su mayor virtud, es que su seguridad reside en la oscuridad. Velar el procedimiento de ocultación la convierte en inútil y la información velada solo puede ser protegida por mecanismos criptográficos clásicos, con lo cual un proceso de estandarización de técnicas esteganográficas resulta un disparate.
Existen multitud de técnicas de ocultación de información, pero sin duda, las más interesantes, a mi entender, son las que basan en propiedades de la física o de la biología. Como, por ejemplo, la ocultación de información utilizando el ADN.
Boris Shimanovsky, Jessica Feng, y Miodrag Potkonjak, en su artículo “Hiding Data in DNA”, nos muestran cómo el ADN es un magnífico portador de grandes cantidades de información, donde se puede ocultar información y donde la combinación con codigos de redundancia y criptografía pública permite simultáneamente que esta técnica se pueda usar en un proceso de cifrado y autenticación.
Todos sabemos que el ADN ha demostrado ser el mejor medio de comunicación de información en los últimos millones de años. Sin embargo, puede que no se haya considerado toda la utilidad que presenta. Por ejemplo, los estudios sobre la utilización del ADN para realizar computación paralela, gracias a su bajo consumo energético y de espacio.
En la configuración más simple, el ADN (con el que se pueden formar secuencias de 4 ácidos: adenina, timina, guanina y citosina) se puede utilizar para codificar información binaria (por ejemplo, con el esquema: A=00 C=01 G=10 T=11), lo que permite añadir información binaria a secuencias de ADN.
Documentos Recomendados:
StegFS: A Steganographic File System for Linux
Hiding data in DNA (pdf)
http://www.kriptopolis.org/ocultando-informacion-en-el-adn
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